El año 2010 leí
un informe esclarecedor sobre gestión de cuencas hídricas, del eminente
investigador chileno Axel Dourojeanni, donde convocaba al mundo político
nacional a repensar la forma de gestionar el agua en Chile. Ponía acento en
varias experiencias latinoamericanas, destacando la mexicana por sobre todas.
Señalaba el experto que en el desarrollo de los órganos de gestión de cuenca,
la experiencia mejor documentada y que incluso se iba traduciendo en sendas
reformas legales en beneficio de la mejor gestión del recurso, era la del
complejo Lerma-Chapala en el México central.
Fue así como me
puse en contacto con nuestra embajada en México y gestioné una agenda agotadora
que abordó los temas del agua, el desarrollo turístico, la gestión de puertos
secos, rutas turísticas temáticas y producción de flores de lujo bajo plástico.
Todas materias que se revelaron como auspiciosas para nuestra región: en
desarrollo turístico aprenderíamos de la real competencia de un Estado para
llevar su PIB en turismo desde un escuálido 1% al 12% en 10 años; conocimos la
gestión de un puerto seco con miras a las oportunidades para la industria
logística que ofrece la construcción del Paso Las Leñas; conocimos el modelo de
construcción de la ruta temática del tequila, con la inversión que requirió y
finalmente, sobre producción y mercado de las flores de lujo bajo plástico,
como alternativa productiva innovadora para el mercado chileno. Pero la guinda
de la torta fue nuestro acercamiento a ConAgua, la poderosa Comisión Nacional
del Agua de México, con quienes logramos entrevistarnos en la perspectiva de un
viaje de ida y vuelta que permitiera que la región de O’Higgins liderara en
gestión de cuencas, asociada a una organización con prestigio internacional.
Para tristeza
nuestra, ninguna de estas iniciativas llegó a destino, por falta de interés del
ejecutivo regional.
Traigo a
colación esta experiencia para poner acento en dos cuestiones que me parecen
fundamentales: una para reivindicar la potestad que nos asiste al Consejo
Regional para levantar los temas y dinámicas que sirvan al desarrollo de la
región y/o la ilustración de sus cuadros dirigentes, de cara a una mejor
gestión; y por otra, para recordar que fue ese el punta pie inicial de la
fundación del Centro del Agua junto a la Universidad de Concepción.
Este centro
siempre estuvo orientado a ser entregado a la futura Universidad regional, sin
costo y en pleno beneficio de la comunidad. Hace poco hice llegar por el wasap
del Core, en qué está el equipo de ese centro que más tarde postuló a un
financiamiento internacional que los puso entre los centros de investigación
más importantes de América. Pues ahora están trabajando muy fuerte en la región
del Bío Bío en proyectos de desalinización, gestión de aguas grises y saneamiento
básico para comunidades pobres. Valga señalar que el proyecto de desalinización
que están patentando reduce a un tercio los costos del proceso convencional, lo
que podría gatillar un acceso a agua para uso industrial sin precedente en
Chile.
Hoy debemos
conformamos con ver por la televisión los logros de un equipo que nosotros nos
hemos farreado por incompetencia política, ya que ningún Intendente ha apoyado
esta gestión del Core, como tantas otras buenas ideas.
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