Llevamos dos
meses de instalado el nuevo Gobierno y a decir verdad, nos sorprendemos con una
serie de fallos que eclipsan día por día la agenda que el Presidente Piñera se
empeña en desplegar.
Como un equipo
a merced de los autogoles de su defensa, Piñera ve naufragar día por día el
proceso de instalación y dominio de la agenda pública, a cuenta de una serie de
fallos de manual que hacen repensar este mal como un sino de los tiempos. Ya
Bachelet tuvo que lidiar con la ineptitud, y ahora Piñera tiene lo suyo. Claro
que juega a su favor que dos meses no son nada.
Pero aun así, a
los actores que hemos participado en todo el proceso de descentralización y la
mal llamada “profundización de la regionalización”, nos llama la atención el
silencio sobre la agenda descentralizadora.
Si bien el
Programa de Gobierno no es en nada ambicioso y transformador, insiste en una
idea que ya se quiso implementar en el anterior gobierno de Piñera, en cuanto a
fortalecer los gobiernos comunales por sobre los regionales, “invirtiendo la
pirámide” como solían insistir. Además propone un foco explícito en desarrollo
económico que a nadie puede dejar indiferente, introduciendo variables de
incentivo para donar contra impuestos a iniciativas marcadamente locales y
regionales; remover trabas locales a la
inversión (que bien pueden ser medioambientales, por lo que tendremos que ver
sus alcances); y la más llamativa, porque contradice la corriente instalada por
el anterior gobierno, en cuanto a desacoplar la inversión del Fondo Nacional de
Desarrollo Regional respecto a las directrices de los ministerios centrales.
Nada
revolucionario, pero que no vemos desplegarse aún.
Del otrora
frenesí legislativo en esta materia que nos convoca, pasamos a una quietud
preocupante, que en O’Higgins se matiza preocupantemente con las presiones de
ejecución del gasto contra reloj, ya que el fantasma de la subejecución campea
hoy por hoy en la región. Es así que hemos visto equipos completos de cabeza
chequeando las mejores alternativas de inversión pública para hacer efectivo un
pozo del FNDR estimado en $65 mil millones, toda vez que la multimillonaria
iniciativa del GIS del Hospital Regional ha sido desahuciado y en buena hora!
La danza de
millones es concreta y ofrece oportunidades indudables, pero no es bueno que
ello esté cruzado por un “dejar pasar” producto de falta de conducción, a pesar
de que por ahora, concedamos, ministerio que calla ayuda, en medio de un
festival de autogoles.