Queridas Correligionarias y estimados Correligionarios:
Habría querido hacer como un radical de fuste, un discurso
improvisado que lograra catalizar y resumir el momento al que nos entregáramos
en este espacio de reunión.
Pero me temo que son muchas las cosas que debo apuntar en
esta asamblea como para dejarlo todo a mi memoria.
Parto por agradecer la hospitalidad de los sanfernandinos,
que siempre bregan por revivir el viejo estandarte, sostener nuestra
fraternidad y liderar las discusiones políticas de la región.
Sigo con la comitiva de nuestro candidato a la presidencia
del Partido Radical, el Co. Carlos Maldonado, quien se hace acompañar por el
Querido Correligionario Oscar Araya, quien acaba de terminar su periodo en la
presidencia de la Juventud Radical, sostener sobre sus hombros las
responsabilidades propias de una campaña extenuante a la presidencia de la
república e intentar compatibilizar estas tareas con las de padre y estudiante.
Nuestro reconocimiento para ti, porque muchas veces hubiera sido más fácil
esquivar el bulto y dejar la vida partidaria, pero sin embargo sigues adelante
y con todo el apoyo de tu región.
Como decía, son varias las aristas que debemos abordar acá
y la primera tiene que ver con aclarar por qué hemos resuelto enfrentar la
elección de esta jornada. Me correspondió secundar a mi querido Correligionario
Genaro González en su presidencia en los días en que volvíamos al gobierno y
recayó en mi la responsabilidad de discutir con las nuevas autoridades nuestra
participación, pero tanto la promesa de fraternidad que nos hiciera en esta
misma asamblea el Senador Letelier, como la disposición inicial de los socios a
respetar al Partido Radical, con la instalación en el gobierno se convirtieron
en letra muerta.
Con estoicismo vimos el interés por relegar al Partido a la
invisibilidad, como si su fuerza militante no fuera necesaria después de la
victoria y como si las capacidades de las correligionarias y correligionarios
no hubieran servido ahora.
Presentamos en la oportunidad más de 40 militantes para
asumir diversas tareas de responsabilidad, de los cuales la amplia mayoría eran
personas con alrededor de 30 años, listos para ser fogueados en las labores del
servicio público y quienes superaban esa edad eran cuadros probados. No
obstante, y conservo todas las comunicaciones, fuimos desairados por el solo
hecho de ser militantes radicales, pues la práctica nos mostró (y guardo la
evidencia) que quienes fueron propuestos para posiciones de liderazgo, o aportaron
un claro fracaso o no ayudaron en absoluto al programa de gobierno propuesto a
la ciudadanía.
Después de siete meses de instalado el Gobierno viví en
carne propia las vicisitudes de la negociación por la presidencia del Consejo
del Gobierno Regional, pactado a la sazón por el Senador Letelier y el Diputado
Rincón, situación que resolvimos con la autoridad de conocer perfectamente la
realidad a que nos relegaban estos dos líderes.
Esa presidencia fue puesta políticamente al servicio del
Partido Radical. Desde allí articulamos y promovimos nuestro ideario y
necesidades de las y los dirigentes de base, de nuestros Concejales y de
nuestro Alcalde. Logramos poner al Partido en la palestra, ahora no por
historias como las que conocimos hace años atrás, sino por las ideas, por la
proyección, por una voz distinta a la oficial que proveen los cacicazgos en
O’Higgins, con todos los costos personales que ello acarrea.
Ahora bien, mi relación con el Partido a nivel nacional la
define mi profundo respeto y cariño por dirigentes tales como Gómez, Sule,
Correa, Velasco, Paillalef, el propio Oscar Araya, Baier, Andrews, Reyes, y tantos otros que podría nombrar y no lo hago
para no extenderme más de lo conveniente. Pero es por ese mismo cariño y
respeto que aclaré hace un tiempo que me parecía del todo atendible el giro que
se comenzaba a expresar en el partido y que se resume hoy en la candidatura a
Presidente Nacional de Carlos Maldonado, para quien pido un cariñoso aplauso y
adhesión por sobre todo!
Esta definición ha sido razonada y discutida profundamente
con muchos de ustedes, con quienes hemos llegado a la convicción que la
definición del futuro del Partido Radical debe estar orientada por un proyecto
que vaya más allá de la fraternidad proverbial que nos tenemos y que pase a
centrarse en las tareas que lleven a un nuevo estadio de desarrollo de nuestra
colectividad.
Inscribimos el Partido en todo Chile, sostuvimos una
candidatura presidencial propia y aunque perdimos diputaciones valiosas (por
las personas que las sirvieron) no fuimos barridos, ganando otras que deben
demostrar su valía. Así mismo, atendí personalmente uno a uno a todos los
militantes radicales que fueron postulados en las municipales, yendo a retirar
la propaganda a Santiago para, en la mayoría de las veces, entregarla
personalmente en largos recorridos por las comunas, sin costo para ninguno de
ellos. Si hacemos una rápida revisión de estos procesos, surgen cuestiones que
son centrales. Por ello que una propuesta del equipo del Co. Maldonado nos parece
pertinente e importante de concretar, la referida a la descentralización del
Partido Radical, con más poder de decisión y gestión para las regiones.
Nos hemos fortalecido en el fichaje de nuevos militantes y
aún pensamos en lo terriblemente engorroso del proceso de refichaje que en lo
personal nos ha valido como familia tener desde mi madre y mi hermano afuera, y
en lo interno nos ha costado amargura por la falta que nos hacen militantes de
tantos años y de tanto empuje, personificando esto en nuestra querida
Correligionaria Raquel Campos, mujer, pobladora, trabajadora y Concejal
Radical, a pesar de lo que diga Servel. Y acá permítanme otra referencia al
programa propuesto por el Co. Maldonado: potenciar a las regiones con
financiamiento suficiente para levantar una infraestructura que nos permita
funcionar adecuadamente en lo orgánico, facilitando que líderes como Raquel
cuenten con un espacio de desarrollo y atención.
Finalmente, no quiero terminar mis palabras esquivando algo
que debo explicar, que es porqué en lo nacional apoyo la renovación y sin
embargo me repostulo como presidente: valga señalar que se trata de dos
escenarios distintos, pues en lo nacional hay una estructura que es capaz de
sostenerse con el financiamiento legal, sin embargo en las regiones los
liderazgos sostienen al partido y estimamos que era inconsecuente que siendo un
cuadro pagado indirectamente por mi elección de Consejero Regional, y que ahora
que perdimos la presidencial, me retirara y no pusiera ese capital político,
que considera el haber sido el primer presidente del gobierno regional de
O’Higgins, al servicio del Partido, de ustedes, de todos ustedes. Queremos
destacar que siendo presidente, más que las palabras que puedan llevar y traer
el teléfono, nuestra gestión fue con hechos, buscando espacios de participación
colectiva, gestionando como equipo el trabajo político y social, como consta en
las actas del Consejo, atendiendo en sus comunas a los dirigentes y militantes,
para ayudar en sus tareas y en las campañas políticas cuando fue necesario, a
costa del propio tiempo en jornadas extenuantes. Con fraternal afecto debo
señalar que nunca un militante vio a su presidente alejado de las tareas más
relevantes como la inscripción o la presidencial, o la más humilde, como barrer
o lavar utensilios después de una reunión. Por eso tengo el deber y el gusto de
pedirles el apoyo, para seguir el trabajo digno de ser Radical!
Espero motivarles, decirles con convicción que no sólo
necesitamos fraternidad para crecer, sino también un proyecto claro que nos
ayude a capitalizar las fuerzas de un partido que crece y que otra vez tiene
voluntad política, expresada en un hecho que hay que relevar: la vuelta de
Aguirre Cerda al centro cívico de Chile, como premonición de las tareas a las que
debemos abocarnos con pasión y voluntad de poder!
Defender a Chile construyendo una economía competitiva, con
innovación y crecimiento, cuño que permita que trabajadores y emprendedores
vuelvan a ver en nuestro ideario la cuna de una patria nueva donde el abuso y
la corrupción no tengan cabida y si los sueños y anhelos por una región y un
país mejor.