miércoles, 18 de julio de 2018

Discurso acto de campaña


Queridas Correligionarias y estimados Correligionarios:

Habría querido hacer como un radical de fuste, un discurso improvisado que lograra catalizar y resumir el momento al que nos entregáramos en este espacio de reunión.

Pero me temo que son muchas las cosas que debo apuntar en esta asamblea como para dejarlo todo a mi memoria.

Parto por agradecer la hospitalidad de los sanfernandinos, que siempre bregan por revivir el viejo estandarte, sostener nuestra fraternidad y liderar las discusiones políticas de la región.

Sigo con la comitiva de nuestro candidato a la presidencia del Partido Radical, el Co. Carlos Maldonado, quien se hace acompañar por el Querido Correligionario Oscar Araya, quien acaba de terminar su periodo en la presidencia de la Juventud Radical, sostener sobre sus hombros las responsabilidades propias de una campaña extenuante a la presidencia de la república e intentar compatibilizar estas tareas con las de padre y estudiante. Nuestro reconocimiento para ti, porque muchas veces hubiera sido más fácil esquivar el bulto y dejar la vida partidaria, pero sin embargo sigues adelante y con todo el apoyo de tu región.

Como decía, son varias las aristas que debemos abordar acá y la primera tiene que ver con aclarar por qué hemos resuelto enfrentar la elección de esta jornada. Me correspondió secundar a mi querido Correligionario Genaro González en su presidencia en los días en que volvíamos al gobierno y recayó en mi la responsabilidad de discutir con las nuevas autoridades nuestra participación, pero tanto la promesa de fraternidad que nos hiciera en esta misma asamblea el Senador Letelier, como la disposición inicial de los socios a respetar al Partido Radical, con la instalación en el gobierno se convirtieron en letra muerta.

Con estoicismo vimos el interés por relegar al Partido a la invisibilidad, como si su fuerza militante no fuera necesaria después de la victoria y como si las capacidades de las correligionarias y correligionarios no hubieran servido ahora.

Presentamos en la oportunidad más de 40 militantes para asumir diversas tareas de responsabilidad, de los cuales la amplia mayoría eran personas con alrededor de 30 años, listos para ser fogueados en las labores del servicio público y quienes superaban esa edad eran cuadros probados. No obstante, y conservo todas las comunicaciones, fuimos desairados por el solo hecho de ser militantes radicales, pues la práctica nos mostró (y guardo la evidencia) que quienes fueron propuestos para posiciones de liderazgo, o aportaron un claro fracaso o no ayudaron en absoluto al programa de gobierno propuesto a la ciudadanía.

Después de siete meses de instalado el Gobierno viví en carne propia las vicisitudes de la negociación por la presidencia del Consejo del Gobierno Regional, pactado a la sazón por el Senador Letelier y el Diputado Rincón, situación que resolvimos con la autoridad de conocer perfectamente la realidad a que nos relegaban estos dos líderes.

Esa presidencia fue puesta políticamente al servicio del Partido Radical. Desde allí articulamos y promovimos nuestro ideario y necesidades de las y los dirigentes de base, de nuestros Concejales y de nuestro Alcalde. Logramos poner al Partido en la palestra, ahora no por historias como las que conocimos hace años atrás, sino por las ideas, por la proyección, por una voz distinta a la oficial que proveen los cacicazgos en O’Higgins, con todos los costos personales que ello acarrea.

Ahora bien, mi relación con el Partido a nivel nacional la define mi profundo respeto y cariño por dirigentes tales como Gómez, Sule, Correa, Velasco, Paillalef, el propio Oscar Araya, Baier, Andrews, Reyes,  y tantos otros que podría nombrar y no lo hago para no extenderme más de lo conveniente. Pero es por ese mismo cariño y respeto que aclaré hace un tiempo que me parecía del todo atendible el giro que se comenzaba a expresar en el partido y que se resume hoy en la candidatura a Presidente Nacional de Carlos Maldonado, para quien pido un cariñoso aplauso y adhesión por sobre todo!

Esta definición ha sido razonada y discutida profundamente con muchos de ustedes, con quienes hemos llegado a la convicción que la definición del futuro del Partido Radical debe estar orientada por un proyecto que vaya más allá de la fraternidad proverbial que nos tenemos y que pase a centrarse en las tareas que lleven a un nuevo estadio de desarrollo de nuestra colectividad.

Inscribimos el Partido en todo Chile, sostuvimos una candidatura presidencial propia y aunque perdimos diputaciones valiosas (por las personas que las sirvieron) no fuimos barridos, ganando otras que deben demostrar su valía. Así mismo, atendí personalmente uno a uno a todos los militantes radicales que fueron postulados en las municipales, yendo a retirar la propaganda a Santiago para, en la mayoría de las veces, entregarla personalmente en largos recorridos por las comunas, sin costo para ninguno de ellos. Si hacemos una rápida revisión de estos procesos, surgen cuestiones que son centrales. Por ello que una propuesta del equipo del Co. Maldonado nos parece pertinente e importante de concretar, la referida a la descentralización del Partido Radical, con más poder de decisión y gestión para las regiones.

Nos hemos fortalecido en el fichaje de nuevos militantes y aún pensamos en lo terriblemente engorroso del proceso de refichaje que en lo personal nos ha valido como familia tener desde mi madre y mi hermano afuera, y en lo interno nos ha costado amargura por la falta que nos hacen militantes de tantos años y de tanto empuje, personificando esto en nuestra querida Correligionaria Raquel Campos, mujer, pobladora, trabajadora y Concejal Radical, a pesar de lo que diga Servel. Y acá permítanme otra referencia al programa propuesto por el Co. Maldonado: potenciar a las regiones con financiamiento suficiente para levantar una infraestructura que nos permita funcionar adecuadamente en lo orgánico, facilitando que líderes como Raquel cuenten con un espacio de desarrollo y atención.

Finalmente, no quiero terminar mis palabras esquivando algo que debo explicar, que es porqué en lo nacional apoyo la renovación y sin embargo me repostulo como presidente: valga señalar que se trata de dos escenarios distintos, pues en lo nacional hay una estructura que es capaz de sostenerse con el financiamiento legal, sin embargo en las regiones los liderazgos sostienen al partido y estimamos que era inconsecuente que siendo un cuadro pagado indirectamente por mi elección de Consejero Regional, y que ahora que perdimos la presidencial, me retirara y no pusiera ese capital político, que considera el haber sido el primer presidente del gobierno regional de O’Higgins, al servicio del Partido, de ustedes, de todos ustedes. Queremos destacar que siendo presidente, más que las palabras que puedan llevar y traer el teléfono, nuestra gestión fue con hechos, buscando espacios de participación colectiva, gestionando como equipo el trabajo político y social, como consta en las actas del Consejo, atendiendo en sus comunas a los dirigentes y militantes, para ayudar en sus tareas y en las campañas políticas cuando fue necesario, a costa del propio tiempo en jornadas extenuantes. Con fraternal afecto debo señalar que nunca un militante vio a su presidente alejado de las tareas más relevantes como la inscripción o la presidencial, o la más humilde, como barrer o lavar utensilios después de una reunión. Por eso tengo el deber y el gusto de pedirles el apoyo, para seguir el trabajo digno de ser Radical!

Espero motivarles, decirles con convicción que no sólo necesitamos fraternidad para crecer, sino también un proyecto claro que nos ayude a capitalizar las fuerzas de un partido que crece y que otra vez tiene voluntad política, expresada en un hecho que hay que relevar: la vuelta de Aguirre Cerda al centro cívico de Chile, como premonición de las tareas a las que debemos abocarnos con pasión y voluntad de poder!

Defender a Chile construyendo una economía competitiva, con innovación y crecimiento, cuño que permita que trabajadores y emprendedores vuelvan a ver en nuestro ideario la cuna de una patria nueva donde el abuso y la corrupción no tengan cabida y si los sueños y anhelos por una región y un país mejor.


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