miércoles, 20 de abril de 2011

Juan Carlos Chávez, mi amigo adios

Es bastante difícil escribir una columna esta semana, pero más difícil es guardar silencio. Y no hablo por el cambio de Intendente, si no que esta semana está marcada en lo personal por la trágica muerte de un querido amigo y Correligionario del Partido Radical, el Concejal de Bucalemu (como gustaba que le dijeran) Juan Carlos Chávez Vidal.



La mañana del martes comenzó muy agitada por una serie de llamados informando el accidente del que había sido víctima Juan Carlos, quien a raíz del terremoto del año pasado había perdido su capital de trabajo, que tal como él me mostró, yacía sepultado por toneladas de arena en la antigua lagunilla de Bucalemu, lo que lo impulsaba día a día a salir a la mar a buscar suerte con sus compañeros antes de que el alba clara conquistara la costa. De ahí su permanente preocupación por salir adelante de nuevo, pero sin olvidar jamás su apego a la gente que tanto sentía.




En general, ya lo se, acostumbramos a ver con ojos buenos a quienes parten, y en general, como decimos entre amigos, “no hay quien se haya muerto y sea malo”, pero en el caso de Juan Carlos Chávez su bondad, cariño y compromiso con su gente era algo que nos calaba muy profundo y que hasta ahora nos hace sentir orgullosos de haber compartido ideales con un hombre tan trabajador y entrañable.




Juan Carlos era lo que se llama un “gallo choro”, de una personalidad llana y amigable, sin maldad en el corazón, trabajador hasta el colmo, como son los pescadores… y la verdad es que quedo corto a cada letra al intentar una semblanza de él.




Quizás Usted entienda de qué hablo. Un vacío demasiado grande queda en el alma cuando un amigo así parte.




Vea Usted que cuando la política parece desprestigiada, cuando los políticos son criticados aquí y allá por la gente, por los medios que cubren a unos pocos que no hacen bien esta “pega”, aquí le dejo el recuerdo del Concejal Juan Carlos Chávez, un pescador que con sus dos manos curtidas, tomó agua de mar y le lavó la cara a la política, un político como muchos, de esos que saben sentir con la gente y que con el tiempo, Bucalemu y nuestro Partido Radical, convertirán en piedra.




Ya es tarde y miro fotografías de su Bucalemu tan querido y en los tonos rojizos de la tarde, puedo sentir que mi amigo Juan Carlos está, a pesar de los días, a pesar de este martes, está Juan Carlos como están las gaviotas volando a algún lugar.

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