miércoles, 26 de agosto de 2009

Renuncia política

Ya va siendo una característica de la política que quienes poco o nada tienen que ver con los problemas de la lucha por el poder, terminen pagando costos muy altos por el sólo hecho de servir a la gente con todo el tiempo que ello requiera, con toda la energía que es necesaria.

Esa es también la situación de Héctor Huenchullán. Envuelto en una convocatoria desafortunada de su partido en la región, ha debido tomar una decisión que mira hacia delante, una decisión que sólo la puede tomar quien está al mando: como Intendente renunciar para traer tranquilidad a las tareas y labores propias de gobierno, esa quimera con la que sueñan Piñera y los suyos.

Pero la salida de Héctor Huenchullán sólo nos pone en la encrucijada de callar, como si hacer política fuera una labor de segunda, o levantar la frente y salir con mayor brío a decirle a la gente, a toda nuestra gente, a todos quienes habitan O’Higgins que aquí nuestro Gobierno a ayudado a que las mayorías salgan adelante, a logrado un aumento del desarrollo de la infraestructura a niveles que nunca soñamos quienes vivimos en las zonas rurales. Han sido los últimos quince años los de mayor pujanza y a pesar de que nos falta aún que avanzar deseamos decir que ese camino lo podemos hacer sin que se privatice Codelco, sin que el sector económico que representa Piñera aumente sus capitales a costa de lo que nos pertenece a todos. Ese camino que debemos avanzar aún necesita de gente como Héctor, que asume la posta difícil de hacer política cuando las pasiones se encienden y los intereses de grupos poderosos quieren hacerse del poder a cualquier precio.

Saludo con afecto a Héctor y con especial cariño también saludo la llegada de un viejo conocido en las labores de gobernar una región, como es nuestro amigo Juan Núñez.

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