lunes, 10 de octubre de 2011

El agua en O'Higgins: números y desafíos

Hace sólo unos años atrás la frase “cambio climático” estaba a la altura de las más destacadas invenciones entre las teorías conspirativas que se deslizan por los pasillos de revistas y programas de dudosa calidad. Lo mismo se hablaba de Osama Bin Laden, la arremetida china, la revolución chavista en Latinoamérica, que del cambio climático. Pero sólo este último logró demostrarse, a pesar de la inolvidable intervención de los gobiernos estadounidenses en diversos foros internacionales para “demostrar” lo contrario.

Para la región de O’Higgins los resultados de las proyecciones de los expertos de la Universidad de Chile, prevén que bordeando un umbral de 15 años, nuestras condiciones meteorológicas serán las de la región de Coquimbo, la que a su vez será consumida inexorablemente por el desierto.

Ver: http://www.bcn.cl/carpeta_temas_profundidad/temas_profundidad.2007-04-11.5841476988/Estudio%20de%20la%20variabilidad%20climaa1tica%20en%20Chile.pdf

Pero estrechando más el círculo, los datos a Septiembre de 2011 nos muestran la ocurrencia de la extensión del Fenómeno de la Niña que comenzó en Julio de 2010 y que amenaza con un verano seco y una temporada de lluvias retardada, agravando la situación del año precedente que ya fue seco.

Según los antecedentes que han sido expuestos al Consejo Regional, en la Comisión de Fomento Productivo, las precipitaciones normales a la fecha son 485,5 mm. y hoy tenemos 141 mm. Respecto a la nieve la cosa no anda mejor, deberíamos tener a la fecha poco más de 476 cm. y hoy apenas alcanzamos a 335 cm. acumulados, esto es, un 45% de la máxima anual, situación que hace dudar respecto a la capacidad de la reserva actual en la alta montaña para sostener la temporada de riego que se inició en Agosto. En general, tal como lo señalaba en la columna anterior, todas las comunas de la región de O’Higgins están con déficit de lluvias, bordeando entre el 25% al 60%, como en el conocido caso de Lolol, pero a decir verdad, Lolol no está mejor que Chimbarongo, Nancagua, Placilla y San Fernando.

Los principales ríos de la región este año han experimentado un leve aumento en su caudal respecto al anterior, pero los datos indican que aún se mueven muy por debajo de los promedios históricos, lo que hace prever a la DGA una situación de riego con restricciones y también con limitaciones graves, para la mayor parte de los valles agrícolas de O’Higgins. Es aquí donde vuelvo a reiterar mis aprehensiones con respecto a la experiencia de la generación eléctrica con centrales de pasada en la alta cordillera y que no estén asociadas a proyectos de embalsamiento o acumulación de aguas, acordados con las organizaciones de regantes.

Es de esperar que la instalación en la agenda pública, en una región agrícola como la nuestra, de los consabidos efectos del cambio climático, nos permitan avanzar en diseñar una respuesta política a mediano y largo plazo tendiente a generar soluciones de gran calado, a la altura del desafío que enfrentamos. Y es necesario que la propia ciudadanía sea capaz de convocarse a discutir junto a diversos actores estas proyecciones.

Como Consejero Regional de O’Higgins, parte integrante del Gobierno de la Región, que reivindicamos como el espacio natural para efectuar la discusión de lo que a la región le importa, esperamos encontrar respuesta en la ciudadanía para buscar soluciones sin soslayar temas más allá de lo que respecta a las inversiones, llegando incluso a la propiedad del agua, una movida que impida que en O’Higgins llegue a ocurrir con los años, lo que en Atacama.

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